¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE LA MALA MADRE?
Es un hecho que el concepto de mamá ha cambiado en las últimas décadas. Su forma tradicional se ha modificado respecto a la visión que tuvimos alguna vez.
Antiguamente, la madre tenía un rol único y exclusivo: era la persona que podía renunciar absolutamente a todo para que todo estuviera bien, la que esperaba pacientemente, la que consolaba, la que prestaba su apoyo y la que, frente a cualquier problema siempre, pero siempre estaba junto a nosotros. Sin embargo, si bien hay aspectos que permanecen y serán así siempre, esta madre es de aquellos tiempos en los que se les preparaba para ser buenas esposas, madres ejemplares, las encargadas del hogar, de la limpieza, de cocinar, de peinar, etc.
No obstante, los tiempos han cambiado y mucho. Para ser exitosa hoy la mujer ya no sólo necesita ser buena madre, sino también buena profesional, ser independiente emocional y económicamente, tener junto a ella un buen marido que valore sus esfuerzos, que sea amoroso, comprensivo, colaborador y que sepa compartir con ella las labores domésticas y la crianza de los hijos.
Todas estas exigencias y altas expectativas generan "madres orquestas", que quieren abarcar todo, logrando abarcar mucho menos de lo que esperan.
Sin embargo, lo malo aquí, es que cuando estas madres no logran cumplir con estas altísimas expectativas, impuestas por ellas mismas y por la sociedad, se siente culpables y malas madres.
Pero la verdad es que las mamás de hoy, no deben poner su valor como madres en función del tiempo que dediquen a sus hijos, lo importante es valorar la calidad de las relaciones que tengan con ellos.
Tampoco es prudente sentirse culpables por dedicarse tiempo y espacio, ni por intentar complementar el trabajo fuera de casa con la maternidad. Una mujer no sólo se completa siendo madre, también es fundamental realizarse en el aspecto profesional y lograr tener una participación social en su entorno.
Como decía Jill Churchill "no hay manera de ser una madre perfecta, hay un millón de maneras de ser una buena madre".
Con frecuencia, ante nuestro sentimiento de culpabilidad por no pasar más tiempo con nuestros hijos, los compensamos con regalos, que normalmente ellos los valoran mucho menos que nosotros. Hacemos sus tares, recogemos su ropa, los levantamos si se caen... en fin, no dejamos que asuman sus responsabilidades, que se equivoquen, ni que sean autónomos.
Pero las madres tienen derecho a tener tiempo para ellas y por tanto no hay que compensarlos por ello. Lo importante es que cuando estemos con ellos nos dediquemos 100% a realmente estar, sin pensar en el trabajo, las reuniones, los mails que debemos contestar, etc. De esa manera, cuando estemos trabajando, no nos sentiremos culpables por lo que no hicimos mientras estábamos con nuestros hijos. Debemos disfrutar el momento intensamente y evitar distracciones para no estar en dos lugares a la vez.
Recuerda que debes conseguir que tus hijos respeten tus tiempos pues de verdad los necesitas. No es lógico pensar que una mujer se valore única y exclusivamente por su rol de madre, que siendo importantísimo, no representa los únicos roles que ella cumple, como buena trabajadora, buena esposa, buena hija, buena amiga, etc.
A esto debemos sumar la relación de pareja, que no debemos descuidar por la entrega absoluta a los hijos. También es importante darse un tiempo para salir juntos, compartir una comida, una película o una buena conversación.
Tampoco tenemos que aceptar la idea de que todo lo que sucede a nuestros hijos es responsabilidad de la mamá, pues en ellos influyen otros factores como amigos, colegio o medios de comunicación.
Enseñemos a nuestros niños a vivir con confianza, respeto, honestidad, humildad, con capacidad de pedir perdón y de asumir sus errores.
