TÉCNICA DEL RINOCERONTE NARANJO ¿ CÓMO DEJAR DE GRITAR A TUS HIJOS?

11.07.2019

En nuestra sociedad actual, se nos exigen nuevas pautas para educar a nuestros hijos, por lo que constantemente aparecen nuevos métodos para conseguir el propósito que tenemos para ellos. Sin embargo, nunca debemos olvidar lo trascendental: el destinatario y protagonista siempre será el niño.


¿Qué es la técnica del Rinoceronte Naranja?

Este es un método creado por una mamá americana que cría a sus cuatro hijos. Ella, agotada, se da cuenta que en un contexto diferente al hogar, era capaz de controlar sus gritos y mantener la compostura, por lo que plantea que si lo que más ama es su familia, no puedo seguir gritando en su casa.


Se eligió un rinoceronte porque este animal es tranquilo, pero al molestarlo se enoja bastante y reacciona de mal modo. Y el naranjo porque este color se relaciona con lo que es energético, cálido y vita a la vez.


Con el método del rinoceronte naranjo, los padres se ponen el desafío de no gritarles a sus hijos. Para hacerlo, siguen a pie juntilla las pautas de la creadora.


Y es que para esta "mamá rinoceronta", debemos partir por la idea de que debe reconocerse la necesidad de un cambio en la relación paternal, siguiendo la idea de auto comprometerse con el objetivo alcanzable medido en "días sin gritar a los niños" e informarles a todas las personas del entorno para sentir la presión de no cumplir. Otra alternativa es recurrir a redes sociales como Facebook y sus grupos de apoyo o las que fuesen necesarias.


Siempre debemos estar claros de las personas que tenemos en nuestro alrededor para que nos presten ayuda y poder recurrir a ellas para que nos animen a no gritar y mantener la tranquilidad cuando estamos al límite del chillido. También es importante contar con personas a las que podamos llamar cuando hayamos fallado, con quienes compartir el éxito de haber superado otro día sin gritar, y con las que podamos contar si de pronto tenemos ganas de abandonar; personas que nos animen a seguir adelante cuando esto nos pase.


Pero ¿cómo nos auto controlamos?

La madre creadora nos deja estas recomendaciones para aplicar este método, dejando en claro que evitar esto no es de un día para otro.


  1. Identifica las situaciones que te alteran para poder prevenirlas.

  2. Durante los primeros días del reto, si sientes ganas de gritar, hazlo en lugares de la casa donde no estén o no te escuchen tus niños. Paulatinamente el grito bajará de intensidad hasta llegar solo a ruidos o silbidos que expresen discretamente tu necesidad de chillar. Con el tiempo llegarás a dominarlo.

  3. Mantén la calma y respira profundo; sal del lugar donde estén los niños hasta que lo logres tranquilizarte; sacude el cuerpo y escucha música para liberar tensiones; cierra los ojos e imagínate en un lugar agradable o lávate la cara con agua fría y cuenta hasta diez. No obstante, cada uno debe encontrar la forma que mejor le ayude a regularse.

  4. Siempre hay que seguir mejorando, por lo que debemos continuar identificando las situaciones que nos producen estrés para poder aprender a manejarlas.

  5. Tener siempre nuestro objetivo en mente. Para esto, lleva contigo siempre algo naranjo o pon en tu casa algo de ese color que te lo recuerde.

  6. Perseverar en el desafío. Dependiendo del nivel de grito (los gradúa por intensidad) debes iniciar de cero el reto o, por ejemplo, desde el día dos. Sitúa el nivel 4 de tono de voz como el punto límite antes de chillar elevando el nivel 6 al necesario para advertir de un peligro y entendiendo que, a partir del nivel 7, ya tiene intencionalidad dañina y no debiera producirse jamás.


Y es que esta "Mamá Rinoceronta" ya lleva un larguísimo período de tiempo sin gritar y dice que si bien no siempre se pueden controlar las acciones de tus hijos, si tu reacción. Gritar no funciona pues a los niños no les gusta que les griten al igual como nos pasa a los adultos y que, como nosotros, ellos pueden tener días buenos y malos.

También refiere como punto importante los buenos momentos que se viven cuando no se levanta la voz, pues los niños también se relajan y comienzan a contar sus inquietudes, problemas, temores, dudas, etc., a partir de lo cual, podemos experimentar junto a ellos momentos que no hubiésemos podido vivir al aparecer el grito.


Explica que si cuando vayamos a hacerlo relativizamos utilizando un "por lo menos..." (Por lo menos no se ha roto el vaso aunque haya derramado el agua), será más fácil conseguir no hacerlo.


En realidad, el método del Rinoceronte Naranja es un desafío para mejorar nuestro autocontrol como padres, pues no centra su atención en el niño; no centra su atención en las razones del porqué se comportan de tal o cual manera.


Por lo anterior, mejorar nuestro autocontrol con un firme propósito y poner en práctica la técnica del Rinoceronte Naranja está perfecto, pero no podemos olvidar que el destinatario de este propósito es el niño y para ello debemos entenderlo.

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