MAMÁS PERFECTAS V/S MAMÁS REALES

Creo que es un hecho que todas en algún minuto batallamos con el intento de ser la mamá perfecta, ¿No es así? Y entramos en un círculo en el que nos exigimos demasiado y que de pronto se torna agotador. Y es que, a veces, no nos damos cuenta pero sentimos una carga inexplicable; un deseo de seguir haciéndolo todo por nosotras mismas y de ser esa súper mujer que trabaja fuera y dentro de la casa y que ahora, también, tiene un hijo que depende casi al 100% de ella. 

Sentimos, además, ese deseo de ser aquella madre ideal, esa que no comente errores, esa que estimula a la perfección, la que da de mamar sin problemas, la que hace las mejores comidas, la que crea rutinas perfectas de sueño. Esa mamá de al lado o la que aparece en Instagram con sus fotos de revista... y así, un sinfín de etcéteras que escapan por mucho de la realidad de la gran mayoría de las mujeres reales, de carne y hueso como tu o como yo. 

Las mamás reales tenemos que aprender a delegar y a bajar las expectativas aunque sea un proceso difícil; debemos quitarnos de la cabeza esa idea arraigada de la "súper madre" impuesto muchas veces por la sociedad, a la que aún le falta tiempo para entender que el proceso de crianza requiere esfuerzo y mucha dedicación y que, por tanto, esto de auto exigirse tratando de hacer todo lo que hacíamos antes más el cuidado de la guaguita, simplemente, no se puede. Que los errores que cometemos como mamás son parte del aprendizaje que, genuinamente, se basa en el tremendo amor que sentimos por nuestros hijos. 

No olvidemos nunca que las madres somos humanas. Hay día en que estamos muy cansadas, sin paciencia, enojadas; otros, en los que queremos pedir ayuda y salir corriendo, lo que es completamente normal y entendible. Pero, a veces, eso nos produce un cargo de conciencia enorme y volvemos a la idea de que debemos ser la mamá ideal, esa que todo lo puede.  Pero las mamás reales no somos perfectas. Delegamos, pedimos ayuda y fluímos con el momento.

Recuerda siempre que tu hijo no te necesita perfecta, te necesita feliz. Tu hijo necesita a una mamá que aprende día a día a ser la mejor que ella pueda ser, intento que ya te convierte en una gran madre.