BULLYNG ENTRE HERMANOS, MÁS COMÚN DE LO QUE PENSAMOS
Solemos localizar el bullyng en el colegio. Sin embargo, según distintos estudios, es aún más frecuente en el ámbito familiar. Y no hablamos de las típicas peleas de hermanos, sino de algo más allá que pueden tener consecuencias futuras sobre la salud mental.
Nada tan común entre hermanos como los celos y las peleas. Forman parte de la vida familiar de todos los hogares donde convivan varios hijos. Sin embargo, hay ocasiones en que se da un paso más, llegando a la agresión y a la intimidación constante, a una especie de hostigamiento que se vive a diario y en un entorno que debiera resultar protector para el niño. Por este motivo es que el bullyng entre hermanos es aún más perjudicial que el bullyng escolar, pues es en su hogar donde el niño espera cariños y seguridad encuentra un entorno hostil de violencia y maltrato.
Todo lo anterior genera en el niño un sentimiento de impotencia e inseguridad que hacen que no pueda sentirse protegido en su propia casa, incrementando la posibilidad de padecer desequilibrios emocionales en un futuro. Es así como los acosados pueden sufrir depresiones en un futuro y tendencia a la autolesión, en una proporción dos veces mayor a los niños que no lo han padecido.
Pero el daño no es solo para el acosado sino también para el acosador, pues este, en muchos casos, vive por el resto de su vida con un sentimiento de culpabilidad del que no sabe salir.
¿Cómo detectarlo?
Cuando existe bullyng entre hermanos uno de ellos se aprovecha de la posición de poder para abusar del otro. Suele ser difícil detectarlo ya que en el ámbito familiar estas situaciones se suelen normalizar. Algunos indicadores para hacerlo son los siguientes:
Insultos y violencia psicológica.
Agresiones físicas.
Ganging (participa más de un hermano en el acoso).
Intento de anulación al hermano.
Para resolverlo, es importante conocer la causa del comportamiento del agresor que, seguramente, está repitiendo la conducta de algún abuso cometido sobre el mismo con anterioridad. Y por otro lado, se debe ofrecer con urgencia apoyo emocional al hermano agredido.
